La figura del asesor de inversiones independiente se ha convertido en algo muy recomendable si queremos adentrarnos en el mundo de las inversiones financieras con un mínimo de garantías de éxito, y sobre todo, con la tranquilidad de estar bien asesorados en todo momento por un profesional regulado. Un buen análisis de nuestras inversiones es crucial si no queremos naufragar en el tormentoso océano de la inversión en activos financieros y no financieros.
Para garantizar la protección de los inversores minoristas o particulares se desarrolló la Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros, más conocida por sus siglas en inglés (MiFID), siendo una normativa de ámbito europeo que se plasmó en España en la Ley 47/2007 y en el Real Decreto 217/2008. Los productos financieros MiFID abarcan los valores de renta fija, los fondos de inversión y derivados. No se aplica a los depósitos bancarios, préstamos o seguros. A partir del 3 de enero de 2018 comenzó la aplicación de un nuevo marco normativo sobre mercados e instrumentos financieros, basado en la directiva MiFID II y el reglamento MiFIR.
Para mejorar la protección del inversor, la normativa se basa en tres pilares fundamentales que debe seguir todo analista o asesor de fondos de inversión:
- Actuar de manera honesta, imparcial y profesional, buscando siempre las mejores operaciones para sus clientes.
- Proporcionar información clara, honesta e imparcial a sus clientes, informando de los riesgos y beneficios de cualquier operación. Así mismo, deberá aclarar cualquier duda que pueda surgir durante la evolución de la inversión.
- Ofrecer los productos teniendo en cuenta las circunstancias personales de cada cliente, para ello deberá mantener un contacto fluido y directo con los mismos con la finalidad de conocer mejor sus necesidades y expectativas.
Se trata, parafraseando al estratega militar milenario Sun Tzu, de conocer al enemigo (el mundo de las inversiones) y ti mismo (como inversor, tanto nuestros conocimientos, experiencia como psicología y necesidades propias y de nuestros allegados), para ni en cien batallas (decisiones de inversión) estar jamás en peligro (preservar y rentabilizar nuestro patrimonio).
Ventajas de contar con un asesoramiento independiente
A la hora de invertir nuestro dinero, el contar con un profesional formado y con años de experiencia nos ofrece la tranquilidad de estar bien asesorados en todo momento. No olvidemos que una inversión financiera es como una carrera de fondo, y deberemos saber cómo y cuándo tomar ciertas decisiones para que nuestra inversión sea exitosa, con la ayuda de nuestro propio Corredor de Fondos
Existen multitud de productos para la inversión: fondos de inversión, acciones, depósitos, renta fija privada y pública, SICAVs, SOCIMI,s, etc. La complejidad del mundo inversor puede ser un impedimento para elaborar con acierto nuestro plan de inversión si no contamos con una formación específica al respecto. Son muchos y muy importantes los parámetros a tener en cuenta antes de decidirnos por un producto u otro.
Nuestro asesor independiente de inversiones nos explicará qué producto o productos se adaptan mejor a nuestras necesidades y posibilidades, acompañándonos durante esta carrera de fondo que supone una inversión.
Un buen profesional analizará los riesgos del mercado en cada momento, y buscará nuevas oportunidades de inversión. Un buen asesor de inversiones es aquel que opera con el mismo interés que si lo hiciera para sí mismo. En el caso de Luis García Langa esta premisa se cumple al 100%, ya que él mismo tiene invertido todo su patrimonio financiero en una SICAV (Sidiclear).
Luis García Langa es asesor registrado de Sidiclear SICAV. Se trata de una cartera abierta para cualquier inversor, con una aportación mínima de poco más de 6 € (1 acción). Esta cartera tiene un riesgo moderado (4 sobre 7) en el baremo de la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV).
Sidiclear SICAV S.A. está gestionada por Andbank, depositada en Inversis. La mayor parte de su cartera está muy diversificada, y no tiene limitación en cuanto a zonas, categoría o divisa. Su estrategia se basa en tres pilares fundamentales:
- Inversión en fondos o ETFs: una vez analizado el riesgo que quiere asumir cada cliente, seleccionamos aquellos fondos que mejor se ajusten a su perfil. Buscamos siempre la mejor relación rentabilidad-riesgo, valorando los criterios de sostenibilidad del fondo.
- Inversión directa en acciones: en este caso, se invierte en compañías que cumplan con 2 requisitos técnicos alcistas y que cuenten con un “stop” de protección. La inversión directa en acciones tiene un tope del 10-20% dentro de la SICAV.
- Cobertura vía derivados: se utiliza en momentos puntuales para proteger posibles riesgos de mercado, ya sea renta fija, divisa o bursátil.
Asesoramiento vía vehículo
Es importante resaltar que las SICAV tributan únicamente al 1%, siendo esta una condición muy ventajosa para invertir en ellas. Eso sí, en el momento de rescatar su inversión, el inversor deberá pagar entre un 19 % y un 23 % sobre los incrementos (beneficios), no sobre el total de la cantidad rescatada.
Otra importante ventaja son los costes mínimos de asesoramiento, depósito y gestión, sobre los que se aplica una comisión de sólo el 1, 98%. Esta comisión se irá descontando del valor liquidativo diario, así que cuando el inversor ve su patrimonio, los gastos ya están descontados.
Así pues, el contar con un asesor experto, regulado y con vocación y dedicación exclusiva en su labor de asesor independiente de inversiones es un arma importantísima para asegurar el éxito de nuestra inversión.
Siguiendo los estándares de honestidad y transparencia, el asesor debe preguntar a cada cliente sobre su formación y entendimiento de los mercados financieros, su capacidad de inversión así como de los riesgos que está dispuesto a asumir. En base a ello, se le podrán ofrecer los productos que mejor cuadren con cada cliente de una manera personalizada.
Un verdadero capitán es el asesor que sabe navegar tanto en aguas calmadas (proporcionando una rentabilidad superior a su mercado de referencia cuando estamos en épocas alcistas) como en momentos de tormenta (mercado tras las quiebra de Lehman Brother’s o durante la pandemia Covid-19). ¿Empezamos la travesía?