En general, la sociedad no adquiere una cultura financiera hasta que no lo ve estrictamente necesario. La realidad es que teniendo unos conocimientos básicos vas a poder ver cómo ciertas tareas financieras, como el control de tus cuentas de gastos, van a ser extremadamente sencillas.
¿Qué es la cultura financiera?
En casi cualquier lugar, se tienen que utilizar una serie de términos financieros para realizar tareas diarias. Conceptos como plan de pensiones, ahorro, gasto, coste o endeudamiento ya forman parte del vocabulario diario, pero puede que haya otros que se te escapen.
De esta forma, la cultura financiera hace referencia a todas esas habilidades, prácticas y conocimientos adquiridos para tomar decisiones en finanzas de una forma sensata a la par que efectiva. El término está íntimamente relacionado con el de educación financiera, que alude a la enseñanza de esas destrezas financieras.
La cultura financiera está presente en el hogar. Todos esos conocimientos financieros que has ido adquiriendo con el tiempo te permiten ver hasta qué punto puedes gastar más en la ropa de los más pequeños de la casa o cuánto te ahorras contratando la tarifa de luz y gas más barata, entre otros muchos ejemplos.
Lo fundamental es que desde edades tempranas se empiece a fomentar el conocimiento de unos conceptos financieros básicos para que esas operaciones económicas no se conviertan en una montaña imposible de escalar en la etapa adulta.
¿Por qué es tan importante tener cultura financiera?
El motivo fundamental por el que se debe tener cultura financiera es porque necesitas tener un control de tu dinero. Ciertos conocimientos en la materia de las finanzas harán que éste adquiera un valor y por tanto regules su uso. Estas son algunas de las ventajas de disponer de unos conocimientos financieros, pero también hay otro más prácticos que te ayudarán a ahorrar considerablemente:
- Desarrollar un presupuesto ajustado a cada día, de acuerdo a las necesidades básicas y orientado a un ahorro más o menos considerable al finalizar el mes.
- Conocer qué tipo de gastos son fundamentales y cuáles no. Con ciertos conocimientos sabrás hasta qué punto tu economía personal se puede exceder, qué dinero puedes usar para hacer algún plan alternativo o cómo ahorrar para un futuro plan de pensiones, por ejemplo.
- Saber si puedes hipotecarte o pedir cualquier otro préstamo al banco. En definitiva, estar seguro de si corres o no riesgos al hacer una operación financiera.
- Prestar especial atención a las ofertas y descuentos y poder interpretar si en verdad te va a suponer un ahorro o no es más que una estrategia de marketing.
- Ser consciente de cómo, cuándo y dónde puedes invertir tus ahorros en el mercado bursátil para sacar un beneficio posterior.
¿Cómo enseñar cultura financiera a un niño?
La cultura financiera en los más pequeños no tiene que ser enseñada por medio de la memorización de conceptos. No interesa tanto la teórica financiera como la práctica, el cómo lo pueden aplicar. He aquí algunos pautas muy útiles:
- Dándole una paga diaria para que la gestione. De esta forma, le estarás haciendo ver la relación entre necesidad y dinero, cómo algunas compras son principales y otras secundarias. También sabrán lo duro que es ganar unos euros y a la vez tener que pagar facturas, el móvil, la televisión e Internet
- Esa paga tiene que ser en una fecha concreta. Fijando plazos, le estarás inculcando la importancia de planificar y administrar su economía personal.
- Un plus por rendimiento. Si el pequeño se esfuerza, hay que darle una recompensa. Muchas empresas se mueven por incentivos y es bueno que, aunque sea en el hogar, hacer bien su trabajo se pague con un extra.